CAMPAÑA SOJERA 2017-2018

La presente campaña de soja en la cual nos encontramos muy avanzados en la trilla, aunque de forma tardía, tiene un comportamiento bastante particular que es necesario analizar, debido a los resultados que se vienen dando en los rendimientos obtenidos, dijo el coordinador del Programa Granos de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc) de Tucumán, el ingeniero agrónomo, Mario Devani.

Si analizamos hacia atrás, vemos que los perfiles al comienzo de la época de siembra estaban secos y las lluvias se hicieron esperar, dándose sólo algunas lluvias en la primera quincena de diciembre y en algunas regiones sojeras de la provincia, pero en general las precipitaciones llegaron en enero.

“Esto hizo que el 20% del área sembrada de la provincia se sembrara en la última década de diciembre, y el resto durante el mes de enero”. Tan es así que “numerosas siembras se realizaran a fines de ese mes en la zona sur de Tucumán, debido a que las lluvias no llegaban”.

Los cultivos de soja, en general, “tuvieron un buen enero y febrero con respeto a las lluvias que se dieron por arriba de lo normal”, permitió que “los perfiles de suelos se pudieran completar” con la humedad necesaria para su crecimiento y desarrollo.

Al darse esta situación de un buen comportamiento climático, se preveía que la campaña iba a ser bastante buena, de acuerdo a la forma en que se venían dando las cosas, ya que solo teníamos el inconveniente de ver que se realizaron siembras tardías; llegó marzo y las lluvias desaparecieron por completo, lo que perjudicó sustancialmente a los cultivos de granos en general. “Este fue (marzo) un mes realmente muy malo con respeto a precipitaciones, ya que solo hay registros de entre 50 mm y 80 mm de agua caída en la provincia, realmente nada, lo que hizo que el ciclo de cultivo de la soja se cerrara con 380 mm, lo que se pronosticara que, debido a la falta de agua en momentos críticos del cultivo como llenado, los rendimientos a obtenerse en trilla fueran muy castigados”.

Buenas noticias

Realmente, “la sorpresa que estamos teniendo con el ingreso de las trilladoras a los campos es buena ya que se están obteniendo rendimientos bastante mejores a lo que esperábamos, por efecto de la falta de agua durante marzo”.

Los rindes que se vienen dando en las trillas de las siembras tempranas y en ciclos cortos, sobre todo en el norte y noreste de Tucumán, son muy buenos con valores que van desde los 3.000 a 4.000 kilos por hectárea.

En lo que respeta a los ‘ciclos intermedios’ con siembras un poco más tardías (ciclos VII) que se cosecharon luego, los valores también son mejores a los esperados, y finalmente “los que fueron de ‘ciclo un poco más largo’ y que se están terminando de cosechar, los rendimientos sí son un poco más bajos a lo que se esperaba, ya que si hacemos un análisis del componente de rendimiento vemos que en general un buen el número de plantas por metro fue bueno, pero el tamaño del grano fue menor” y eso afectó el rinde final en estas sojas.

En general, “vemos que el uso consuntivo del cultivo, si tiene 400 mm, va a desempeñarse muy bien siempre y cuando tenga el agua día a día. En enero y febrero ocurrió eso, y en marzo el cultivo utilizó el agua acumulada, además que las temperaturas promedios fueron menores al promedio, lo que permitió que tengamos rendimientos mejores a los esperados, sumado por supuesto al manejo que hoy hace el productor”.

Bien y mal

En años donde hay dificultades climáticas, sobre todo con la falta o irregularidad de las lluvias, se puede ver en el campo quién es el productor que trabaja bien y cuál es el que trabaja mal. Se deben generar rastrojos, generar raíces en el suelo y acumular agua, y usar toda la tecnología disponible para lograr el éxito buscado.

Desde la Eeaoc inculcamos al productor que “debe tener una visión de sistema productivo eficiente y sustentable y no pensar en un cultivo en si solamente”.

En líneas generales, vemos que las zonas más afectadas en cuanto a la falta de humedad en etapas importantes del cultivo fue el oeste santiagueño -este tucumano-, desde la mitad de la provincia hacia el sur, sur de la provincia y sudeste catamarqueño. Si queremos tirar algunos valores promedios que se dieron en esta trilla de soja podemos decir que esta campaña, en Tucumán, puede estar entre 2.800 kg/ha a 2.900 kg/ha, y si tomamos las zonas de influencia puede bajar a 2.600 kilos por hectárea.

En Salta, todo lo que es el norte (Tartagal y Ballivian) y el sur (Metán y Rosario de la Frontera) están con buenos rendimientos, con valores similares a Tucumán, mientras que en el departamento de Anta la falta de lluvias no solo hizo que cayeran los rendimientos de soja, sino que aumente mucho la superficie como maíz y poroto.

Es importante comentar que, en esta campaña, el cambio de precio ayuda mucho a la situación de pérdidas y caídas de rindes en todo el país. La tasa de crecimiento del mundo hace que este cultivo siga siendo fundamental para cubrir las necesidades alimenticias, sobre todo de proteínas animales, por lo que la soja seguramente seguirá siendo un cultivo de suma importancia.